Es una palabra bonita cuando ese servicio se realiza libremente, y con la disposición de ayudar a los otros, para que sean felices.
Cualquier trabajo o actividad se puede realizar egoístamente o con el afán de ser útil y facilitar la vida de los demás.
A Jesús le gustaba mucho esta palabra, nos enseñó que con esa actitud se alcanza la verdadera felicidad, y además nos dio ejemplo.
En Las bodas de Caná María está pendiente de los demás, por eso se da cuenta de que los novios están tristes y se preocupa por averiguar la causa y remediarla. Aunque estaba en una fiesta, la Virgen quiere servir a los demás y pide a Jesús que les ayude. Jesús, como es verdadero Dios y verdadero hombre realizó su primer milagro, convirtió agua en vino buenísimo.
¡Y todos felices y contentos!
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