13
Salomón
Sucedió
a su padre David como rey de Israel cuando era muy joven. Dios, como
estaba muy contento con su padre, le dijo en un sueño: “¿qué
quieres que te de?” Salomón contestó: “Dame sabiduría para
gobernar bien a mi pueblo”. A Dios le gustó que Salomón no fuera
egoísta y pidiera cosas para el bien de su pueblo. Por eso le dio una
gran inteligencia, pero también las riquezas y la fama que no había
pedido.
Salomón
mandó construir el templo de Jerusalén para ofrecer sacrificios a
Dios. Era un edificio grande y bonito, donde se guardaba el arca de
la Alianza con los mandamientos.
Salomón
era muy famoso por su sabiduría. Algunos reyes de otros países iban a
verlo para que les diera soluciones a sus problemas, por ejemplo la
reina de Saba.
Pero
cuando fue mayor se alejó de Dios y adoró a dioses falsos. Dios se
disgustó mucho y le dijo: “Dividiré tu reino, después de tu
muerte”. Y así fue´.
El
reino del norte se llamó Israel y el del sur Judá. Hubo otros reyes
que no eran buenos porque no querían a Dios, muchos construyeron
ídolos, estatuas con forma de astros o de animales a los que
adoraban, eran de piedra o de madera. El pueblo de Israel tenía el
corazón cada vez más alejado de Dios, habían roto la Alianza.
14
El reino del norte y los profetas
Dios
envió a los profetas que eran mensajeros que hablaban en nombre de
Dios recordándo la Alianza, decían claramente las cosas que los
israelitas hacían mal y les enseñaban a adorar al único Dios. Pero
los israelitas no se corregían; una y otra vez seguían el mal
ejemplo de sus reyes y pueblos vecinos. Incluso maltrataron a muchos
profetas. Por eso, finalmente el reino de Israel fue invadido y
desapareció para siempre.
Algunos
profetas: Elías, Eliseo, Isaías. Sus historias y palabras están
recogidas en los libros de la Biblia que llevan por título sus
respectivos nombres. Los profetas también hablaron de la futura
venida del Salvador, el Mesías prometido. Estos anuncios se llaman
profecías. Isaias profetizó muchas cosas sobre Jesús.
15
El reino del sur y el destierro a Babilonia
Ya
sólo quedaba el reino de sur, el reino de Judá, la ciudad de
Jerusalén y su templo. Dios estaba decidido a ayudar a su pueblo a
cambiar de actitud. Para ello eligió al profeta Jeremías.
De
parte de Dios, Jeremías anunciaba que Jerusalén sería destruida.
Todos se enfadaron con él y el rey lo metió en la cárcel. Un día
la profecia se cumplió, las tropas del rey de Babilonia incendiaron
Jerusalén y su templo, destruyeron las murallas. El rey de Judá y
la mayoria de la población fueron apresados y llevados cautivos a
Babilonia. La ciudad quedó destruida y despoblada. Los habitantes de
Judá, llamados judios, estuvieron cincuenta años en Babilonia
alejados de su tierra y muy tristes. Alli se dieron cuenta de que se
habían olvidado de Dios y de su Alianza, no habían cumplido los
mandamientos. Ahora los judios estaban dispuestos a cambiar. Y
empezaron a portarse bien y a cumplir sus preceptos. El profeta
Ezequiel los animaba con sus palabras. Empezaron a escribir historias
de sus antepasados, escribieron muchos libros de la Biblia. Otro
profeta importante fue Daniel.
16
El regreso
Pasaron
los años y Babilonia fue conquistada por otro reino más poderoso:
los persas.
El
rey de Persia era un hombre bueno y decidió dejar que los judíos,
también llamados israelitas, regresaran a su pais y reconstruyeran
Jerusalén. Con esfuerzo, pero muy contentos, se pusieron manos a la
obra. Cuando acabaron de reconstruir el templo celebraron una gran
fiesta. Ofrecieron sacrificios a Dios y leyeron en voz alta los
libros sagrados. Todos decidieron portarse de acuerdo con los
mandamientos del Señor.
17
La dominación griega
Un
rey griego quería obligarles a adorar a los dioses griegos. Un día
puso una estatua de Zeus en el interior del templo de Jerusalén y
les obligaba a comer alimentos que los judios no tomaban nunca.
Muchos resistieron hasta la muerte para no desobedecer las leyes de
Dios.
Judas
Macabeo y sus hermanos se fueron a la montaña con un pequeño
ejército de voluntarios, acabaron venciendo al ejército dominador y
los judios volvieron a ser libres.
18
La dominación romana
Al
cabo de los años llegarían los romanos a la tierra de Canaán, que
llamarían Palestina. Ellos eran los dominadores cuando nació Jesús.
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