El hombre( varón y mujer) vale por su ser, por lo que es.
La dignidad de la persona humana se funda en ella misma.
De aquí nacen todos los derechos humanos, porque somos iguales en dignidad. No podemos tratar a las personas de cualquier manera, como animales o cosas.
Las diferencias biológicas, físicas, de edad, culturales, etcétera son enriquecedoras y nunca pueden ser motivo de un trato o consideración diferente.
A veces la defensa de la propia dignidad puede resultar más difícil, porque hay circunstancias que hacen que las personas sean vulnerables.
Es igualmente persona un anciano que un niño, un enfermo que una persona sana, su vida tiene el mismo valor.
Tenemos que valorarnos mucho a nosotros mismos y tratar a los demás como merece su dignidad; así lograremos que las relaciones entre todos sean realmente humanas.
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