Un día que estaban reunidos con la Virgen María sintieron un viento dentro de la habitación.
Y unas llamas de fuego se posaron sobre sus cabezas, entonces se llenaron del Amor de Dios y se pusieron muy contentos.
Sintieron que formaban parte de una familia con Jesús, y muchos se bautizaron para formar parte de ella.
Empezaron a llamarlos cristianos, se reunían en las casas, se trataban como hermanos, intentaban hacer lo que Jesús les había enseñado: perdonar, compartir, ayudar, consolar, amar.
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