Celebramos en el Jueves Santo la Última Cena de Jesús. Al día siguiente murió en la Cruz.
Se despide de sus amigos, les consuela, les hace confidencias, les enseña.
-Les lava los pies para enseñarles que su misión es un servicio sacrificado y alegre a los demás.
-Les da el Mandamiento nuevo del Amor: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado".
-Les dice: "Vosotros sois mis amigos, permaneced en mi amor".
-Les anuncia que cuando él se haya ido al Cielo les enviará el Espíritu Santo, que guiará a los cristianos de todos los tiempos.
El mundo representa a todas las personas, especialmente cuando están necesitadas, la Iglesia la formamos todos los cristianos que tenemos que servir como nos enseñó Jesús. Y junto a ella vemos la paloma, que representa al Espíritu Santo que la guía, porque sin Dios no podemos hacer nada.
- Jesús se quedó con nosotros de una manera sensible, ¡cuánto no quiere!. Con el pan y el vino instituyó el sacramento de la Eucaristía y se quedó para siempre con nosotros.
Lo hizo instituyendo el sacramento del Orden sacerdotal, y así, a través de los sacerdotes, que le prestan sus personas, viene en cada Misa en la consagración, para estar junto a nosotros.
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