Las
personas nos hacemos preguntas porque deseamos la felicidad plena y
para siempre. Todos deseamos ser felices y buscamos la manera de
serlo.
Para
conseguir la felicidad el hombre se encuentra con una serie de
límites: personales, sociales...y finalmente la muerte.
Para
los cristianos, Dios ha enviado a Jesús, que es la respuesta y nos
muestra el camino de la felicidad. Para seguirlo es necesaria la fe,
la confianza en Dios. La unión con Dios nos lleva a amar a los
demás, así como las obras de misericordia consolidan nuestra fe y
nuestra esperanza en Él.
Aunque
ya conocemos a Jesús buscarle es una tarea para cada día, teniendo
muchos encuentos con Él, en las alegrías y en las tristezas, en el
trabajo y en el descanso, en la oración y en la Eucaristía, en las
personas con las que nos relacionamos.
En
algunos momentos de la vida, la actitud de búsqueda es muy intensa,
porque no se tienen claras muchas cosas, es el momento de discernir
una posible vocación, o algo muy especial que Dios te puede estar
pidiendo, especialmente en momentos de sufrimiento intenso o cuando
se tienen que tomar decisiones muy importantes.
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