Dios Padre pensó en la Virgen María desde la eteridad para que fuera la madre de Jesús.
Es un misterio pensar que, aunque Dios la había adornado de todas las cualidades para serlo, era ella la que tenía que aceptarlo libremente, y dijo sí con la libertad que le daba su inmenso amor.
Cumplió muy bien su misión.
Igual que María, todos estamos tenemos cualidades para hacer el bien, tenemos misiones de amor que podemos realizar si así lo queremos.
Muchos artistas han plasmado en sus obras este acontecimiento maravilloso, como por ejemplo Goya:
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