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lunes, 19 de diciembre de 2016

El telégrafo, la ouija y la comunión de los santos

Hasta el siglo XIX las personas alejadas no podían comunicarse de una manera rápida. Desde que el emisor emitía su mensaje, por ejemplo a través de una carta, hasta que el receptor lo recibía, irremediablemente tenía que pasar un tiempo más o menos largo, dependiendo de la distancia geográfica que hubiera entre ambos.
De repente, a través del ruido de unos golpes, alguien comunicaba algo desde la distancia y en ese momento otro interpretaba esos golpes y escribía el mensaje. Se había inventado el telégrafo, la distancia había desaparecido.
¡Lo que hasta entonces parecía imposible se había hecho realidad!¡A través del ruido de unos golpes!
Por eso tampoco nos puede extrañar que alguien pudiera pensar...¿Y por qué no una comunicación con el más allá?
En esta presentación he intentado, a petición "popular", hablar un poquito del espiritismo, de la ouija y de la postura de un cristiano ante estas modas.


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