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sábado, 10 de octubre de 2015

Breve historia de la salvación (segunda parte)

Las siguientes seis diapositivas.
7Moisés
Pasaron los años y los israelitas se convirtieron en un pueblo muy numeroso en Egipto. Un faraón ordenó que trabajaran como esclavos y mandó matar a todos los niños israelitas que nacieran.
Una mujer israelita decidió salvar a su hijo, lo puso en una cesta en el río Nilo para que la corriente lo llevara. La hija del faraón lo encontró en unos juncos y decidió adoptarlo, le puso Moisés (salvado de las aguas) y lo llevó a palacio donde fue educado como un príncipe egipcio.
Cuando se hizo mayor sufría viendo a su pueblo tratado con dureza, un día tratando de defender a un israelita mató a un egipcio y tuvo que huir a tierras lejanas don de se casó haciéndose pastor.
Dios escogió a Moisés para una misión muy especial: sacar al pueblo de Israel de Egipto y conducirlo a Canaán, la tierra prometida. Dios se lo pidió hablándole a través de una zarza que ardía y no se consumía.
El faraón no quiso dar la libertad a los israelitas y les ocurrieron muchas desgracias (plagas). Dios ordenó a Moisés que pintaran la puerta de sus casa con sangre de un cordero. A medianoche murieron los hijos mayores de todas las familias de Egipto, incluido el hijo del faraón. La desgracia pasó de largo por las casa pintadas con la sangre del cordero.
El faraón les liberó pero luego se arrepintió y mandó a su ejército para perseguirlos. Los israelitas llegaron al mar Rojo, que les cortaba el paso, al tiempo que el ejército del faraón les iba a alcanzar. Entonces Moisés extendió su bastón y el viento separó las aguas del mar, ante ellos se abrió un gran camino seco. Cuando estuvieron al otro lado, el mar se volvió a cerrar y el ejército egipcio quedó cubierto por las aguas. Los israelitas se pusieron a cantar dando gracias a Dios por su ayuda.

8Los israelitas camino de la Tierra Prometida (Canaán)
El pueblo de Israel caminó durante cuarenta años por el desiero, donde pasaron muchas penalidades. Dios les ayudó a combatir el hambre con el maná, una especie de harina que aparecía por las mañanas para alimentarse cada día; les ayudó a combatir la sed cuando salió agua de unas rocas al golpearlas Moisés con su vara.
En el monte Sinaí Dios le dió a Moisés los diez mandamientos( decálogo, tablas de la ley), y así estableció la Alianza, un pacto de amistad “vosotros sereís mi pueblo y yo seré vuestro Dios”. Los diez mandamientos señalan el camino para ser felices y convivir en paz.
Algunos israelitas desconfiaron de Dios y de su Alianza y llegaron a construirse un becerro de oro(ídolo) al que adoraron como a su dios, ésto provocó muchos problemas y se retrasó mucho la llegada a Canaán.
Moisés guió a su pueblo y les enseñó a cumplir las leyes de la Alianza y a organizarse. Construyeron el Arca de la Alianza, que era una caja de madera bañada en oro, y con dos ángeles encima que lo cubrían con sus alas. Allí guardaban las tablas de la ley. Cuando marchaban por el desierto llevaban delante el arca. Cuando paraban, la ponían en el centro del campamento, dentro de una tienda de campaña muy adornada, la tienda del encuentro.
9 Josué
Moisés murió sin entrar en la Tierra prometida. Josué le sucedió como jefe de Israel.
Josué hizo cruzar el jordán a todo el pueblo y dieron gracias a Dios por haber entrado en la Tierra Prometida.
La primera ciudad que encontraron fue Jericó. Estaba rodeada de altas murallas. Josué hizo lo que Dios le decía: organizaron un ejército y rodearon la ciudad en silencio. Delante iba el arca de la Alianza y los sacerdotes con sus trompetas. Así estuvieron durante seis días. Al séptimo día tocaron las trompetas y los soldados chillaron con todas sus fuerzas, las murallas se derrumbaron solas. Después de esta batalla les fue fácil conquistar Canaán. El pueblo de Israel se repartió la tierra en doce tribus. Diez tribus llevaban el nombre de 10 hijos de Jacob, las otras dos 2 nietos (hijos de José), los descendientes de Leví se establecieron como sacerdotes distribuidos en todos los territorios.
Los jueces gobernaron el pueblo de Israel recordando siempre su Alianza. Pasaron muchos años.
10 Samuel y Saúl, primer rey de Israel
Samuel era un hombre escogido por Dios desde muy joven. Hablaba en nombre de Dios y era muy respetado porque era muy sabio y bueno.
Los israelitas querían tener un rey, como los otros pueblos, que los defendiese de sus enemigos. Y Dios dijo a Samuel: “Dales un rey”.
Samuel nombró a Saúl rey de Israel. Como señal de la elección de Dios, ungió la cabeza de Saúl con aceite.
Saúl fue un gran guerrero y todo el pueblo lo admiraba. Pero con el tiempo su corazón fue apartándose de Dios y no cumplía su voluntad.
11 David y Goliat
David era un joven pastor de ovejas, le gustaba la música y la poesía. Un día Samuel llegó a su casa, en la ciudad de Belén, y le ungió la cabeza con aceite: David sería el futuro rey elegido por Dios.
David se puso al servicio del rey Saúl, que entonces estaba en guerra con los filisteos.
El ejército filisteo tenía un guerrero alto y fuerte llamado Goliat, con quien nadie se atrevía a luchar. Pero el joven David quiso enfrentarse a Goliat. Rezó a Dios y con su honda de pastor le lanzó una piedra de río a la cabeza y lo mató. David se convirtió en un soldado famoso. El rey quiso matarlo por envidia y tuvo que huir.
12 David, rey
Saúl murió en una batalla y todo el pueblo aclamó a David como rey.
Tenía muy buen corazón y perdonaba a sus enemigos. También amaba mucho a Dios y ordenó llevar el arca de la Alianza a la ciudad de Jerusalén. En esta ciudad construyó un palacio y fue la capital de todo el reino.
Pero en una ocasión David cometió un pecado muy grave: ordenó matar a un general de sus tropas para casarse con su mujer.
Cuando Dios le hizo comprender el mal que había hecho, David pidió perdón de verdad. Casi no comía, vestía con ropas muy pobres y lloraba día y noche. Estuvo así hasta que Dios le hizo saber que lo había perdonado.
Fue un buen rey, autor del libro de los Salmos, hizo de Israel una nación importante. Dios estaba muy contento con él y era su amigo. Al final de su vida Dios le prometió que uno de sus descendientes sería el Salvador, el Mesias.


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