Los gestos de amor a los demás no pueden limitarse sólo a sus necesidades materiales. El Papa Francisco dice que "la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual".
Las obras de misericordia espirituales son una forma de amor menos llamativo que las corporales, por eso son actos delicados y humildes, muchas veces pequeños, y por eso están al alcance de todos.
Por ejemplo, si una señora es voluntaria en un comedor social, mucha gente valora ese acto, aunque ella lo haga por amor a Dios y a los demás. A lo mejor otro día está dos horas en una cafetería sentada con una amiga, escuchando sus problemas, dándole consuelo y consejo. Luego reza un rato por ella. Éstos actos no se aprecian, son obras de misericordia espirituales.
La Iglesia propone a modo de ejemplo siete, pero pueden ser más.
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