Lo sentimos cuando algo nos gusta muchísimo, nos encanta y nos hace felices.
Agradecemos a Dios el regalo de la Creación, que nos haya hecho hijos suyos y hermanos unos de otros, el don de la libertad y nuestra capacidad de amar.
Anhelo
Lo sentimos cuando deseamos intensamente desear o conocer algo.
A lo largo del tiempo las personas se han hecho preguntas por el anhelo de saber la verdad sobre sí mismos y sobre el mundo.
Los creyentes encuentran las respuestas a sus más íntimos deseos de felicidad en Dios.
Confianza
La sentimos cuando alguien o algo nos produce esperanza y seguridad.
El Antiguo Testamento nos muestra la gran confianza que tuvo el pueblo de Israel en Dios, a pesar de todos los avatares por los que pasaron a lo largo de su historia.
Los cristianos confiamos en Jesús, que nos enseña que el amor de Dios no tiene límites.
Esperanza
La sentimos cuando confiamos conseguir algo que deseamos mucho.
El mal en el mundo entró por el pecado. Dios no abandona a la humanidad y promete la venida de un Mesías, un Salvador. Los profetas dan esperanza al pueblo de Israel, el pueblo elegido.
La Virgen María espera confiada el nacimiento de su hijo Jesús, el Hijo de Dios, el Mesías esperado.
Los cristianos esperamos junto a María la celebración de la Navidad, durante el Adviento. Volvemos a renovar nuestros deseos de hacer el bien, como Jesús lo hizo y nos enseñó. Pedimos perdón, por el mal que hacemos y el bien que dejamos de hacer.
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